Es propia del teatro la multiplicidad de voces, tanto de los personajes como de los muchos artistas que intervienen en una obra. Diario del teatro no es estrictamente una pieza teatral, pero presenta esa polifonía tan característica del género. Alternando poemas en los que una voz femenina relata sus incursiones en la actuación, breves escenas con personajes y espacios que reaparecen, y una reelaboración lírica del personaje de Ofelia, Mariana Robles propone una reflexión sobre el fenómeno teatral –y, en un sentido más amplio, sobre el fenómeno artístico—: sus condiciones de realización, su relación con la vida y su potencia.